En la noche del 30 de diciembre de 2019 Nicoletta Dosio, de 73 años y miembro del comité nacional de Potere al Popolo, fue arrestada y detenida. Junto con otros 11 activistas fue acusada de bloquear una carretera pública, un delito que se castiga con 2 años de prisión. El incidente tuvo lugar durante una manifestación en la que los activistas mantienen levantadas las barreras de peaje de la autopista causando daños por un valor aproximado de 700 euros a la empresa propietaria del contrato para la gestión de las autopistas de Italia, una empresa (Autostrade per l’Italia – propiedad de la multimillonaria familia Benetton) que ha ganado millones en obras auxiliares para la construcción de la línea ferroviaria de alta velocidad en Val Susa, en el norte de Italia. El arresto de Nicoletta es sólo la última de una serie de persecuciones sufridas por el movimiento que se opone a la línea de alta velocidad, y otros tres activistas ya habían sido encarcelados.
El movimiento “No TAV” (que se opone a la construcción de la línea de alta velocidad Lyon/Turín) ha sufrido duras medidas represivas durante muchos años. Los activistas han sido puestos bajo arresto domiciliario o se les ha restringido la posibilidad de viajar, pero el movimiento se negó a ser aplastado. El movimiento No TAV es la lucha democrática de una comunidad por la capacidad de decidir lo que sucede en su área local, y contra el uso de fondos públicos en obras a gran escala que causan una importante destrucción del medio ambiente y no aportan ningún beneficio a la mayoría de los italianos. Es una lucha por un modelo diferente de desarrollo que sirve a los intereses de la población y no a los intereses de los pocos ricos. La criminalización de la protesta se ha convertido en algo muy común en Italia, no sólo en el caso del movimiento No TAV, sino también en el caso de muchas luchas obreras y ambientales. Las recientes leyes de inmigración han destruido las vidas de muchos inmigrantes en el país y han impuesto fuertes sanciones a los actos de solidaridad con los inmigrantes.
Nicoletta tomó la decisión de rechazar el arresto domiciliario como un medio para romper el silencio sobre la represión de las luchas en Italia. Su coraje ha atraído la solidaridad de todo el país, con manifestaciones de apoyo en todas las grandes ciudades e incluso en el extranjero. En Turín, durante el período festivo, los activistas llevaron trozos de carbón a la oficina del Prefecto, para demostrar que sabemos quiénes son los verdaderos malos. Y para mostrar que no aceptaremos la hipocresía de nuestro gobierno que trata a las personas que defienden los derechos de todos nosotros, de nuestro futuro, como criminales, mientras que
1
nuestros políticos fracasados y los empresarios corruptos no se enfrentan a ninguna consecuencia. Mientras que los especuladores se benefician de los servicios públicos prestados a bajo precio -basta pensar en el caso del puente de Génova, de nuevo bajo la responsabilidad de Autostrade per l’Italia, que se derrumbó en agosto de 2018 por falta de mantenimiento y mató a 43 personas-, de la evasión fiscal extensiva que queda impune, de la destrucción de nuestros entornos naturales y nuestras comunidades con fines especulativos, se dice que el pueblo italiano debe sufrir en silencio.
Las siguientes organizaciones exigen la liberación inmediata de Nicoletta, de todos los presos políticos y una amnistía para todos los que han sido castigados por protestar. En una sociedad auténticamente democrática, la disidencia no se reprimiría de esta manera sino que se confrontaría a través de un debate público abierto.
¡Liberen a Nicoletta Dosio!
¡Liberen a todos los activistas de TAV!
¡Liberen a todos los prisioneros políticos!
